Esta es una duda que me está surgiendo más que nunca esta temporada, quizás sea la temporada donde los objetivos, la planificación, la dedicación, etc. están mas cerca de lo que podemos considerar profesional que de lo que conocemos por amateur, por lo tanto mi trabajo y mis decisiones están más que nunca basadas en lo estrictamente deportivo, en otras etapas más amateur en años anteriores si podía tener en cuenta que un jugador no jugase y hacerlo jugar si o si aunque yo pensara que no estaba preparado para aportarle al equipo algo positivo, simplemente mi conciencia y mi raciocinio me hacían sacarlo al campo porque ese jugador pagaba por jugar por ejemplo, pero este año me encuentro en la situación de que no puedo regalarle nada a nadie (cosa que nunca me ha gustado) y que he de conseguir unos objetivos por los que he responder con mi puesto si no los consigo, ¿qué pasa con esto? que no todo el mundo es capaz de esperar su turno en el banquillo, en ese momento te conviertes en demonio para unos y ángel para otros, ¿pero en realidad es justo ser tan extremista? para mí que me encuentro en la situación creo que es bastante irracional pensar que un entrenador es bueno cuando me pone pero malo cuando no me pone, es bastante ventajista, pero entiendo que sea así porque por normal general el jugador es egoísta y si no trae unos valores muy marcados en su educación y en su formación como deportista nunca sabrá anteponer el bien colectivo al individual.
En realidad lo normal es que el entrenador sea un ángel o un demonio para la gente que no vive el día a día del vestuario, en este país tenemos el problema de que nos creemos que el estar viendo un espectáculo deportivo nos da derecho a poder opinar libremente sobre el mismo en lugar de simple y llanamente disfrutarlo, o lo que es peor nos da derecho a criticar a una persona que por norma general está formada en la materia cuando nosotros no tenemos ni idea de lo que estamos viendo, yo este año estoy sufriendo muchos comentarios poco agradecidos hacia mí y hacia mí trabajo, y esto no hace más que hacerme más fuerte y hacerme querer luchar aun más si cabe para demostrarle a quien no se lo merece que ni por asomo el que se equivoca soy yo, el tiempo nos pondrá a cada uno en su sitio.
Todo esto va a ir mejorando a medida que pasen los años puesto que el trabajo en las escuelas de futbol sala no tiene nada que ver con el que se realizaba anteriormente y ahora todos estos aspectos también se trabajan desde edades tempranas, por lo tanto estos jugadores llegarán a edades donde la competición este por encima del lucimiento personal y sabrán afrontarlas sin ningún problema y de forma natural, respetando siempre al máximo cualquier decisión tomada por el entrenador.
¿Alguien en su sano juicio es capaz de pensar que un entrenador deja en el banquillo a alguien que cumple en todas las facetas requeridas por el mismo perjudicando al equipo?...ángel o demonio...he ahí la cuestión.
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Universo Futsal de: Toni Torres